En nuestro sistema educativos se han venido presentando muchos cambios, y, es notoria aún la resistencia tan grande que muestra el docente ante estos mismos cambios, y mas aun en estos momentos en que la tecnología juega un papel fundamental en la educación. La práctica de aula se mantiene inquebrantable, aunque en los nuevos intentos por masificar la acción educativa, se ha incorporado la tecnología como recurso complementario a la presencia del docente, siendo una pérdida de tiempo derivando la mal llamada tecnofobia.
Desde el comienzo se ha dicho que en algo hemos avanzado en materia de fortalecer los espacios educativos para obtener ambientes de aprendizajes significativos y constructivos, por un lado el sistema educativo Venezolano ha evidenciado un fuerte análisis y consecuentemente fuertes cambios que contemplan acertadamente, nuevas estrategias para la búsqueda de nuevos avances en la tarea de acercamiento de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación en la Escuela. Se hace obligatorio el surgimiento de una acción escolar no excluyente para poder integrarse en estas nuevas formas como una necesidad de saber. Surgen importantes reflexiones e inquietudes y emergen nuevos compromisos ante la urgencia creciente de repensar los modos de ejecución de la acción escolar con el fin de integrarse efectivamente en la formación de ciudadanos y en la construcción de nuevos modos de aprendizaje. Se debe proponer un análisis de la acción escolar para repensar su hacer, asumiendo el lenguaje de la crítica reflexiva que mira un activo potencial como nuevos espacios educativos, pedagógicos, y pretender enriquecer los nuevos contenidos socializadores.
Por ello, es preciso conocer el manejo de lo tradicional con lo nuevo, sin descuidar la parte física y comunicativa requerida en todo ambiente de aprendizaje.
Por consiguiente se procedió a realizar un estudio de caso en tres (3) instituciones educativas, siendo ellas privadas a través de un instrumento evaluativo como la observación directa, logrando obtener que sigue predominando lo conocido como “EL AULA PUNITIVA” muy bien puntualizada por el autor, Arnaldo Esté, lo cual no es más que la aplicación de métodos tradicionales y en el cual el alumno es un ser pasivo, y el profesor es aquel dotado de conocimientos, donde el estudiante sólo va a copiar textualmente, tomar dictado, entre otras cosas. Los resultados son contundentes, demuestran la gran variedad de matices encontrados en una Educación en pleno siglo XXI.
